Los pecadores: muchas cosas bien, y una muy mal
- Carlos España García
- hace 3 días
- 4 Min. de lectura
Los pecadores ha llegado con fuerza a las salas, destronando a Minecraft, pero tiene un gran fallo que la lastra

Empezaré por el principio, Los pecadores es una gran película. Punto. Eso es lo que explica su éxito. Así de sencillo. Pero, ¿por qué es una gran película?
Pues hay demasiados motivos como para exponerlos todos, ya que no quiero hacer un artículo interminable de esos que nadie termina porque antes se te desgasta el dedo de tanto scrollear. Por ese motivo, iré a los tres puntos básicos.
El primero es su protagonista: Michael B. Jordan. En el cine hay dos aspectos clave que son importantes por separado, pero que, cuando se juntan, hacen una sinergia de la que sólo pueden salir grandes cosas. Por un lado, hay que escribir un buen protagonista y, por el otro, es necesario acertar con el actor que lo interpreta. Tan importante es una cosa como la otra. Si sólo logras triunfar en una de esas dos facetas, tendrás una película que difícilmente podrá aspirar a más de un seis.
En Los pecadores ambos aspectos están más que logrados. Y, además, por partida doble, ya que B. Jordan interpreta a dos personajes: dos hermanos gemelos. Aquí tengo que hacer una pausa para reconocer mi propia idiotez. Lo diré sin tapujos. Yo no sabía que el actor interpretaba a los dos personajes y me pasé toda la película pensando en cómo podían haber encontrado dos actores que se parecieran tanto. Sí, soy tonto. Por favor, no dejéis de leer.
En fin, que Michael B. Jordan se luce en ambos papeles. Y esto tiene mucho mérito, ya que son personajes muy parecidos, pero con ciertos matices. Y él es capaz de dotar a ambos de esos grises para que los distingas rápidamente. Le ayuda la buena escritura de ambos, pero él lo completa con su talento y carisma, del que rebosa cada poro de su piel.

El segundo acierto de la película es el guion, tan perfecto como extraño para los tiempos que corren. En el cine actual ya no hay tiempo para las presentaciones. Los personajes aparecen y en cuestión de dos minutos ya están pegando tiros o desactivando una bomba nuclear. Nunca llegas a conocerlos apenas.
El guión de este film es justo todo lo contrario. Se toma su tiempo en la introducción y con ello consigue que conozcas bien a todas las personas que estarán involucradas en la hora y pico que queda de metraje. Todo el que sepa de qué va esta obra, entenderá lo importante de conseguir algo así. De lo contrario, estaríamos ante un Scream 7, una película en la que sientes que no conoces a ninguno de los personajes y, por tanto, no te puede dar más igual lo que les suceda.
El tercer punto a su favor se relaciona transversalmente con el cine woke. Como todo el mundo sabe, el cine woke es muy criticado por el tema de la inclusión forzada. La gente que lo defiende ataca a los críticos diciendo que el problema de estos es que les molestan los negros, los gays o cualquier minoría. Pero se equivocan.
Lo que nos desquicia es que se metan minorías a través de personajes mal escritos, intrascendentes y que casi siempre sobran. Nos fastidia saber que los productores sólo lo hacen para ponerse la medallita de buenas personas y no porque les preocupen dichas minorías. Pues una vez más, Los Pecadores es justo todo lo contrario. Esta película es un canto de amor a la comunidad negra de principios de siglo XX en EEUU. Rezuma cariño por ellos en cada fotograma de la misma.
Ryan Coogler, director y guionista de esta obra, seguro que ha hecho un gran esfuerzo para informarse bien de la época que quería retratar. Es obvio que le importan los negros de principios de siglo XX, muy seguramente porque él también es negro.
Con Los Pecadores ha querido honrar su memoria y es evidente que se ha lucido en esta empresa. Cualquiera que vea su película, sentiría una tremenda empatía por los personajes representados y criticará con dureza las terribles condiciones en las que les obligaban a vivir.

Pero no todo va a ser de color de rosa. Como decía en el título, Los Pecadores tiene un gran fallo que la lastra y que hace que sea una película mucho menos disfrutable de lo que debería. Me estoy refiriendo a su trailer oficial, en el que se desvela la película por completo. Esto, que siempre es un error, y que es la tónica de los últimos años, aquí es aún más grave que de costumbre.
Y lo es porque Los Pecadores tiene una trama que va de una cosa muy concreta, y a los cuarenta y cinco minutos de metraje pega un giro de ciento ochenta grados y se convierte en una película nueva y totalmente distinta. Es como si estuvieras viendo una película que retrata las dificultades de una familia granjera y al cabo de una hora sucediera una invasión alienígena de la nada. Pues así es Los Pecadores. Y lamentablemente el tráiler lo desvela todo. Esto provoca, como es lógico, que no haya ninguna sorpresa, y el giro de guión pierda todo su efecto.
A mí me gustó mucho este film sabiendo dicho giro, pero sé que me habría volado la cabeza de no saber lo que iba a suceder. Envidio profundamente a todos los que fueran a verla sin tener ni idea de lo que iba a pasar. No saben lo afortunados que fueron.

Y aquí quiero dejar mi crítica final. Odio esta manía de los últimos años de desvelar la totalidad de la película en el tráiler. Es como si no se fiaran de su producto y pensaran que esa es la única manera de llevar gente a las salas. Por supuesto se equivocan, y espero que más pronto que tarde se den cuenta. Ojalá esta moda acabe pronto y los tráilers vuelvan a ser ese pequeño aperitivo, que te deja con los dientes largos, y que nunca debieron de dejar de ser.
Así que lo dicho, Los Pecadores es una gran obra. Sin duda la recomiendo. Pero por encima de esa recomendación, insisto a todo el mundo que todavía no sepa de qué va la película, que trate de permanecer así. Les garantizo que la experiencia será mucho más gratificante.
