Dos años después del lanzamiento de Men, el director y guionista llega a los cines con Civil War

Tras sorprender e impactar a la audiencia con sus trabajos previos, Garland plantea una pregunta altamente inquietante: ¿Cómo sería un conflicto civil en Estados Unidos?
Esta sería la premisa de su última película, Civil War, pero antes de nada conviene repasar quién es la mente detrás de la hipótesis.
Personalmente, descubrí a Alex Garland hace casi una década cuando decidió dar el salto a la dirección con Ex Machina. Luego me enteraría de que era el guionista detrás de buenas ideas como Dredd, o de obras maestras como 28 días después, pero en aquel entonces para mí era un total desconocido.
Aclaro esto para dejar claro que vi la película sin saber qué me encontraría, y he de reconocer que lo que me encontré me gustó mucho.

La idea de Ex-Machina es imbatible, ya que consiste en darle la vuelta al famoso Test de Turing. Este test se basa en ver si una máquina es lo suficientemente inteligente como para hacer creer a la persona con la que está hablando que en realidad lo está haciendo con otro ser humano.
La película le da una vuelta de tuerca a esta idea y directamente plantea al protagonista este problema, pero desvelando las cartas desde el principio. Se resume en: "Que sepas que estás hablando con un robot, pero, aun sabiéndolo, ¿no crees que en realidad se trata de un ser vivo, sintiente y con percepción de sí mismo?"
Así se construye esta película interesantísima que logra alcanzar unas dosis de claustrofobia muy a tener en cuenta.

La siguiente película que vi de Alex fue Aniquilación. Su premisa es sencilla: se ha abierto una realidad paralela al mundo en el que vivimos y todos los hombres que atraviesan la barrera entre ambas realidades mueren. Es por ello que se crea un grupo de mujeres especializadas que tratarán de descubrir qué está pasando.
Considero que es una obra que tiene una idea muy buena detrás, cuyo planteamiento está muy bien llevado, pero que falla en la conclusión.
Y es que no, Alex Garland no es un director y guionista perfecto. Como todo el mundo, tiene cosas que se le dan mejor y otras que se le dan peor. Y es justo reconocer que cerrar las películas de forma adecuada es quizá su mayor punto débil.
Aun así, Aniquilación es una película interesante, entretenida y original; una virtud, dicho sea de paso, cada vez más difícil de encontrar en el panorama cinéfilo actual. Además, está llena de momentos de tensión muy bien construidos.

Y así llegamos a Men, una historia de terror que sigue los pasos de una mujer que se traslada a una residencia en el campo, donde empieza a recibir las visitas de hombres de lo más variopintos.
Esta película tiene unos primeros cuarenta minutos dignos de enmarcar. La forma en que Garland construye la tensión está al alcance de muy pocos, llegando a lograr momentos de absoluto terror, como el que sucede en el túnel cuando la protagonista ve a aquel hombre a lo lejos.
Una vez más, el cierre es lo peor de la película, pero eso no desmerece el resultado final. En conjunto, se trata de una obra interesante que merece la pena ser vista.

Pues bien, este era mi bagaje cuando fui al cine a ver Civil War, su última película. En esta caso, la acción se sitúa en unos Estados Unidos, que bien podrían ser los actuales, en los que se ha desatado una guerra civil. Alex Garland, como guionista, decide no ahondar demasiado en las causas del conflicto y, personalmente, creo que es un acierto.
Se le ha acusado de tibio por no haber hecho un ataque directo contra Donald Trump, pero yo considero que es un éxito que la película no resuene tanto con el panorama actual. Creo que, de este modo, logra que su obra sea más atemporal y no esté circunscrita a un momento muy concreto de la historia reciente.
Prefiero ir directo al grano y decir que Civil War me ha encantado. Es, sin duda, su mejor trabajo hasta el momento y eso no es decir poca cosa.
La película está contada desde el punto de vista de unos periodistas que recorren el conflicto y cuyo objetivo es entrevistar al presidente de los Estados Unidos antes de que acabe todo.
¿Y qué decir de las actuaciones de este grupo de periodistas? Pues que son todas soberbias, especialmente la de Wagner Moura, conocido por su papel de Pablo Escobar, y la de Kirsten Dunst.
Respecto a ella, me gustaría destacar que este es uno de los mejores papeles de su carrera, y que es un gusto ver lo bien que está sabiendo envejecer. El hecho de tener arrugas propias de la edad, así como una piel imperfecta, le ayuda mucho a convencer al espectador de que realmente está ante una periodista curtida en mil batallas.
Pero si hablamos de interpretaciones, es necesario detenerse un segundo en la actuación de Jesse Plemons. Sale sólo diez o quince minutos y se roba totalmente la película. Su escena es, de largo, lo mejor del film y consigue convertir la trama en una auténtica película de terror. Un absoluto diez para él.

El metraje está lleno de escenas potentes que no dejarán indiferente a nadie. Lo que sí se puede decir es que, a veces, estas escenas no están del todo bien conectadas. La trama avanza un poco a saltos y a ratos parece más un documental por episodios que una película de ficción totalmente integrada.
Pero que eso no os eche atrás. Como ya dijimos en La Cantina del Cine (el podcast que deberías escuchar), estamos ante la que será una de las películas del año. No te la puedes perder.
Alex Garland ha vuelto a hacer una buena película, porque, ¿qué es una buena película? Pues, ni más, ni menos, que la que te deja con ganas de ver el siguiente trabajo del director. Y esta película lo consigue, yo ya tengo ganas de ver lo siguiente que tenga para ofrecernos este guionista reconvertido a director.
Así que, ya sabes, tanto si conoces su filmografía como si no has visto nada de él, Civil War es un film que te atrapará desde el principio y te meterá en su mundo con una sencillez de la que no serás ni consciente. Dale una oportunidad.
