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Thunderbolts*: ¿Los Nuevos Vengadores?

Cómo molan las cosas que molan

Frame de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos.

El cine mola. Creo que hasta aquí todos estaremos de acuerdo. Sí, ya lo sé, hay quien me dirá: "Pues el otro día vi La Lista de Schindler y molar no es la palabra que usaría." Cierto. Pero déjame explicarme.


El cine mola, en términos generales, porque transmite un montón de emociones distintas. Huelga decir que muchas de ellas no son precisamente agradables, pero eso no quiere decir que no mole. Afirmar lo contrario significaría anular de un plumazo géneros enteros, como, por ejemplo, el terror. ¿Cuándo decimos que una película de terror mola? ¿Cuándo nos pasamos todo el metraje riéndonos o cuándo estamos agarrados a la butaca, deseando cerrar los ojos para no ver lo que se nos viene encima?


Creo que la respuesta está clara. Del mismo modo, pienso que no hay ninguna duda de que pasarlo mal viendo una obra de terror no es, a priori, una sensación agradable. Y, sin embargo, salimos de la sala muy satisfechos una vez que llegan los títulos de crédito.


Algo parecido ocurre con el cine dramático. Cuantas más lágrimas hayamos vertido durante el visionado, mayor sensación tendremos de que hemos visto una buena película. Una que mola. Cierto es que seguramente no usemos esa expresión, pero eso no quiere decir que usarla sea inadecuado.


Volvamos al principio: el cine mola. Punto. Pero es que hay un tipo de cine concreto que está hecho para molar. No hablamos de un género en concreto, sino de un amplio abanico de películas cuya única función es entretener al espectador. Dentro de este heterogéneo grupo encontramos el cine de superhéroes.


Pedro Pascal, como Reed Richards, en un frame de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos.

Aquí no importan tanto las actuaciones, que pueden ser buenísimas; ni los diálogos, que pueden ser fantásticos; nadie se fija en los tiros de cámara, que pueden estar a la altura del mejor realizador. No. Aquí lo único relevante es entretener al espectador. Aquí lo único que cuenta es molar.


Esta es una lección tan sencilla como esencial. Y, sin embargo, ha sido ignorada demasiadas veces en los últimos tiempos. Como muestra, tenemos esa larga lista de series de Marvel que salieron tras Avengers: Endgame, y de las cuales, ninguna ha conseguido enamorar al público.


Thunderbolts* ha conseguido ser una honrosa excepción a la regla. Y lo mejor, o lo peor, según se mire, es que lo ha logrado sin hacer nada especialmente llamativo o novedoso. La nueva entrega de Marvel se ha limitado a cumplir unas simples reglas que están al alcance de cualquiera. En aras de no escribir un artículo eterno, me centraré en las más evidentes.


Elige personajes que sean carismáticos. Resulta una obviedad, pero es una de las reglas (a menudo) más olvidadas en Hollywood. Este año he ido mucho al cine y no sabéis la cantidad de veces que me he topado con películas en las que la historia estaba bien, pero los personajes no podían interesarme menos. En este apartado, Thunderbolts* saca matrícula de honor.


Frame de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos.

Empecemos por la protagonista, una viuda negra que está deprimida desde la muerte de su hermana y que sigue haciendo su trabajo solo porque es lo único que sabe hacer. Se trata de una combinación ganadora: por un lado, una asesina despiadada y fría; por otro, una mujer que está pasando por un mal momento y con la que es imposible no empatizar.


Le acompaña el malogrado nuevo Capitán América (o US Agent): un soldado con un expediente intachable que cometió un error terrible que le hizo perderlo todo, incluida su propia familia. Es claramente la versión masculina de la anterior: mismas virtudes, mismos problemas, mismo nivel de interés.


También está Bob, un hombre asustado, con un pasado difícil, y que no sabe qué está pasando. Protegido por unos, cuestionado por otros, siempre siente que está en medio y que no vale para nada.


Completan el grupo el Guardián Rojo y el antiguo Soldado de Invierno. En ambos casos se trata de súpersoldados, pero hay diferencias significativas entre ellos que los distinguen claramente. El Guardián Rojo tuvo un pasado glorioso que contrasta enormemente con la vida totalmente mundana que lleva en el presente. Él sólo aspira a volver a vivir días de gloria, sea al precio que sea. Bucky, el antiguo Soldado de Invierno, es un hombre atormentado por su pasado, que está huyendo de él y que está obsesionado por hacer el bien para compensar todo el daño que causó.


He dejado para el final a Fantasma, ya que, aunque no está mal, es el personaje más soso de todos. A pesar de ello, no desentona y cumple su función, lo que ya es mucho decir.


En resumen, todos los personajes presentan grandes conflictos personales, con los que es fácil empatizar, y que provocan que sus respectivos arcos sean interesantes y tremendamente satisfactorios una vez alcanzan la redención.


Frame de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos.

Una vez que tienes buenos personajes (carismáticos), es fundamental elegir a buenos actores (también carismáticos) para que darles vida. Si fallas en este punto, el anterior no habrá valido para nada. Y en esto, Thunderbolts* vuelve a dar en el clavo.


Florence Pugh ya demostró en la película Viuda Negra que estaba perfectamente capacitada para recoger el testigo de Scarlett Johansson. Y, en esta ocasión, vuelve a aprobar el examen con nota. Cuando tiene que dar pena, la da; cuando tiene que ser graciosa, lo es; y cuando tiene que molar (algo muy apropiado para este artículo), lo mola todo.


Algo parecido le ocurre a Wyatt Russell en su papel del súpersoldado que fue Capitán América durante un breve periodo de tiempo. Interpreta a la perfección el rol de una persona que se ha convertido en un lobo solitario a la fuerza, con cero habilidades sociales, pero que trata con todas sus fuerzas de hacer lo correcto.


He de hacer una pequeña aclaración aquí. Adoro a Falcon, tanto al personaje como a Anthony Mackie, quien lo interpreta. Pero no me creí ni durante medio segundo que fuera el Capitán América en la última película de este superhéroe. Lo siento. Es Falcon y morirá siendo Falcon. Personalmente, siento que el personaje de Wyatt Russell es mil veces más interesante y tiene muchas más posibilidades. Una auténtica lástima que Marvel haya optado por la primera opción.


Siguiendo con el artículo, el Guardián Rojo es interpretado por David Harbour, y eso siempre son buenas noticias. Aquí está fantástico. Patético y genial a partes iguales. Y, sin duda, es el dueño de los mejores momentos cómicos de la película.


Sebastian Stan es Bucky, y ya son demasiadas las ocasiones en las que ha demostrado que este papel le va como anillo al dedo. Cero sorpresas con él. Es un seguro, y Marvel lo sabe.


Cerramos con Bob, interpretado por Lewis Pullman. Este personaje tiene dos personalidades marcadamente diferentes: la que mencionábamos antes de hombre asustado en la primera mitad de la película, y la del final, de la que prefiero no entrar en demasiados detalles. Considero que cumple en ambas, más si tengo que elegir, creo que brilla con luz propia en la primera parte y está algo más deslucido en la segunda.


Frame de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos.

Una vez que tienes buenos personajes bien interpretados, lo suyo es darles una historia con gancho y crear interacciones entre ellos que realmente valgan la pena.


Respecto a las interacciones, Thunderbolts* lo hace muy bien. De hecho, lo mejor de la película es, de largo, toda la primera parte: cuando están encerrados, se van conociendo y tienen que colaborar. Todo el metraje que va desde el comienzo hasta la batalla final es una sucesión de escenas que combina a la perfección acción, tensión y humor. Esta mezcla le sienta genial a la película y hace que sea muy disfrutable.


La historia tampoco está nada mal, aunque es lo menos llamativo de esta obra. El interés se sostiene mientras Valentina Allegra de Fontaine, una contratista militar interpretada por Julia Louis-Dreyfus, es la villana de la película. Hasta ese punto, Thunderbolts* es redonda, no perfecta, pero sí muy bien hecha.


Es a partir de que Vigía/Sentry pase a ser el villano de la obra que el interés decae. Este es, sin duda, el punto más negativo de la cinta: que tiene un final muy flojo. Hay muchos motivos que lo explican, pero el principal es la decisión sobre cómo afrontar el enfrentamiento final.


Frame de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos.

Tienes en un bando a tres súpersoldados, una asesina implacable y una guerrera que atraviesa paredes, y en el otro a una especie de Dios. Lo normal sería haber planteado una pelea épica llena de momentos molones, pero no. En vez de eso, han optado por una especie de batalla mental que no tiene nada de épico y que, pesar de durar poco tiempo, se acaba haciendo larga. Lamentablemente, la peor forma de acabar la película.


Por desgracia, no es lo único que no termina de encajar. Como ya he adelantado, el personaje de Fantasma es bastante flojo. No tiene ningún momento memorable, ni frase inolvidable, ni nada. Salvo en una escena en la que su participación es totalmente necesaria, es absolutamente prescindible el resto del tiempo. No exagero. La borras y la película es la misma.


Del mismo modo, la subtrama de Bucky como político no tiene demasiado interés, y desde el primer momento se nota que no va a conducir a ninguna parte. Las pocas escenas que la componen se sienten más como el relleno de un anime que como un trozo orgánico de un film de Marvel.


Sin embargo, nada de esto provoca que la película deje mal sabor de boca, y es que la primera hora y pico es extremadamente disfrutable. Mola, y mola mucho. Y, tal y como decía al principio del artículo: "Como molan las cosas que molan."

Frame de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos.

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