El duo madrileño estrena un segundo LP donde la nostalgia es un punto clave
Miguel e Ignacio, intengrantes de vangoura, arrancaron 2024 con fuerza y con muchas ganas, ¿cómo no iban a hacerlo? Al fin y al cabo, aunque el público no era consciente todavía, ellos sí, este era el año de su segundo disco y eso lo carga de relevancia.
En enero descubrimos sangre y sal, el single homónimo del disco. Al llegar febrero anunciaron el álbum. Por último, en marzo pudimos escuchar carameloraro, el último single del disco.
Ahora, sangre y sal ya es una realidad. Son doce tracks (once canciones y un interludio) los que conforman este segundo LP del dúo, seis nuevos se suman a los otros seis ya publicados.
Además, el calendario de lanzamientos no ha cerrado con el disco. También han publicado el videoclip de números rojos, su colaboración con Besmaya. Dirigido por Dani Tezla y Stephen Lyne, y con cameos como los de Cris Regatero y Telmo Trenado El clip nos muestra, entre otras cosas, al dúo de dúos al cargo de programas de televisión dosmileros; algo que definitivamente merece la pena ver.
La producción del disco corre a cargo de Bearoid, Ganges y de los propios vangoura. Las mezclas, caen también en manos de Bearoid, mientras que los masters fueron obra de Dani Ferrer en thegroovesound. En cuanto al arte del disco, la culpable es Andrea Carilla, colaborando con Adrián Lorca en el estilismo.
La cohesión se mantiene impoluta de comienzo a fin, desde la primera canción hasta la última, tanto de forma sonora como líricamente. La nostalgia es evidente, las ganas de encontrase a uno mismo mientras que, a la vez, intentas romper con el pasado.
Con sonidos más crudos y experimentales a los que acostumbramos a oír de su parte, Ignacio y Miguel han construido su universo sonoro. Han asentado las bases definitivas de lo que son: el futuro del indie-pop.
Siento que me dejo en cada espejo un pedazito de mí
sangre y sal ya está disponible en todas las plataformas digitales.