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Marvel, ¿se puede saber qué te pasa?

Tras más de una década en la que el cine de superhéroes destrozaba taquillas, parece ser que ahora la vaca no tiene más leche

Quentin Tarantino junto a un set de cámara

¿Qué decir de Marvel? O más concretamente, ¿qué podemos decir del Universo Cinematográfico de Marvel?


Empecemos por lo básico, llamamos Universo Cinematográfico de Marvel, o UCM, a la miríada de películas y series basadas en cómics de Marvel. Aquello que empezó con Iron Man y llega hasta nuestro días.


Pues bien, este UCM vivió una época dorada donde cada nueva obra era sinónimo de hacer caja para los estudios. Parecía que todo lo que hacían estaba destinado a hacer dinero, y así fue.


Durante años, esa fue la tónica general. Daba igual que el producto fuera de una calidad ínfima, la gente acudía en masa a los cines, acuciados seguramente por la angustia de no perderse ni un episodio de la que estaba llamada a ser una de las epopeyas cinematográficas más grandes de todos los tiempos, si no directamente la mayor.

Nadie quería perderse nada pues puede que, no entonces, pero seguramente más tarde, fuera importante haber visto esa película. Se explican así casos tan llamativos como el de Thor 2. La opinión, casi unánime, es que estamos ante una película flojísima. Una obra que, tanto crítica especializada como público generalista, masacró en internet y; sin embargo, consiguió recaudar más del triple de lo que costó.


Quentin Tarantino en el set de rodaje de Pulp Fiction

¿Cómo es esto posible? "No tiene sentido". Podremos estar tentados de pensarlo, pero nos equivocaremos. En realidad, sí que lo tiene.


Puede que Thor: El Mundo Oscuro sea mala, puede que no me interese; pero sospecho que diferentes aspectos de la trama serán importantes cuando vaya al cine a ver la nueva de Los Vengadores, y esa sí que me interesa.


Y es que, esa fue la jugada maestra de Marvel: crear toda una red de películas y series interconectadas que, por un lado, se pueden ver y disfrutar sin haber visto el resto (así no se pierde a ningún espectador), pero que a la vez ganaban mucho en caso de haber visto todos los productos anteriores.


Eso explica el éxito de Thor 2, así como de muchas otras películas del UCM. Eran productos malos que no tenían valor por sí mismos, pero que eran parte del engranaje de algo mucho mayor. Y una vez que la maquinaria se puso a funcionar, se volvió imparable.


Quentin Tarantino en el set de rodaje de Érase una vez en... Hollywood (Once Upon a Time in... Hollywood)

El círculo se cerró con Vengadores: Endgame que, si bien es una película mucho peor que su antecesora (Vengadores: Infinity War), fue un final digno para esta primera etapa del UCM.


Una vez llegados a este punto, el estudio tuvo que pararse a pensar en cómo retomar la acción de nuevo. Fue entonces cuando empezó a tomar malas decisiones. Podríamos hablar de muchas cosas, pero me centraré sólo en tres puntos.


El primero tiene que ver con las series. Los que mandan en Marvel pensaron que sería una buena idea saturar el mercado del streaming con muchas series distintas que sirvieran para dar una nueva vida a personajes ya conocidos (Bruja Escarlata, Loki, etc) o para presentar otros nuevos (Ms. Marvel, She-Hulk, etc).


Aquí se falló doblemente. En primer lugar se hicieron series muy flojas, a nivel de guion, y ninguna de ellas llegó a despertar de nuevo la ilusión de todos esos fans que venían extasiados después del clímax que había supuesto Endgame. Dedicar un segundo a analizar cuanta gente empezó a ver esas series y cuánta gente las terminó pone de manifiesto el fracaso que fueron todas ellas.


Quentin Tarantino en el set de rodaje de Malditos Bastardos (Inglourious Basterds)

El otro fallo de las series lo incluyo directamente en el punto segundo de los errores que cometió el UCM en esta nueva etapa. Se puede resumir en: los nuevos personajes no interesan a nadie. Se puede decir más alto, pero no más claro.


No interesan, esa es la verdad, y se debe principalmente a dos motivos bien diferenciados. El primero tiene que ver con los que son absolutamente nuevos, como puede ser el caso de Ms. Marvel. Este tipo de personajes no calan entre los fans. El motivo es muy sencillo, sus versiones en cómics ya sufrieron este mismo problema y no tuvieron especial éxito.


Hablamos de personajes de segunda o tercera fila. Son héroes que ya fallaron en su momento a la hora de despertar pasiones, y ahora simplemente lo están volviendo a hacer. Es la crónica de una muerte anunciada.


El segundo motivo tiene que ver con los que son revisiones de personajes ya queridos por el público. Tal es el caso de She-Hulk o del nuevo Capitán América. ¿En serio pensaban que coger a un icono y cambiarlo por su versión Hacendado iba a dar buen resultado?


Realmente es una apuesta arriesgada y, tal y como si estuviéramos en un casino, parece que en los dados siempre salen dos unos. Sea como sea, los nuevos personajes no funcionan, y si los protagonistas no funcionan... Me temo que no hay dinero en el mundo que pueda tapar eso con efectos especiales.


Quentin Tarantino, frente a las cámaras, grabando su cameo en Pulp Fiction

El tercer gran error del UCM en esta nueva etapa fue sobresaturar el mercado mucho más allá de lo aconsejable. No es sólo que las nuevas películas y series fueran mediocres, es que encima no paraban de salir.


Veías una porquería y te enfadabas. Todavía no te habías recuperado y ya habían salido dos más. Al final, movido por ese ansia de no perderte nada, que la etapa anterior del UCM había instalado en tu cerebro; veías los nuevos productos y volvías a sentirte decepcionado.


La conclusión era inevitable, el público empezó a sentirse estafado y dedujo, muy acertadamente, que a Marvel (y a Disney) sólo le interesaba tu dinero. Que lo que pudieras pensar después de ver su creación les era indiferente. Lo único que les importaba es que ya hubieras pagado la entrada de cine o la suscripción a su plataforma.


Quentin Tarantino, frente a las cámaras, grabando su cameo en Pulp Fiction

Al final la gente se ha desencantado y parece ser que la etapa de oro de los superhéroes ya pasó. De hecho, es más que probable que estemos ante su ocaso, como ya pasó en su día con otros géneros exitosos como fueron, por ejemplo, los westerns.


¿Logrará Marvel recuperarse y enamorarnos a todos de nuevo? ¿Quién sabe? Lo único cierto es que yo, por mi parte, dejaré de ir al cine a ver cada nuevo estreno. Me esperaré a que lo suban a Disney+ y lo veré allí.


¿Por qué? Porque al menos así podré sentirme un poco menos estúpido por caer de nuevo en lo que, a todas luces, sólo es una trampa de marketing para quedarse mi dinero.

Quentin Tarantino, frente a las cámaras, grabando su cameo en Pulp Fiction

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